En Ecuador, la celebración del día de la bandera nacional -26 de septiembre- destaca la excelencia académica mediante la selección de estudiantes destacados como abanderados, escoltas y portaestandartes en las instituciones educativas de nivel medio. Este reconocimiento al saber simboliza un futuro prometedor y la proyección de una vida profesional brillante. Sin embargo, este prestigio contrasta con el espacio doméstico, donde persisten las desigualdades de género y la subvaloración de las tareas del hogar, siendo las mujeres las principales responsables del trabajo no remunerado, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos y la investigación realizada para el Termómetro Cultural, publicación del Observatorio de Políticas y Economía de la Cultura de la Universidad de las Artes de Ecuador. Esta dicotomía entre la esfera pública y privada se refleja también en el ámbito artístico, donde la falta de políticas públicas adecuadas y la percepción de la improductividad perpetúan la precariedad económica y la invisibilidad de las artistas, especialmente de aquellas que son madres.